Aprendiendo a Creer

Si creemos que somos capaces de hacer algo, lo haremos. Si creemos que no podemos hacer algo, sencillamente no lo lograremos. Así de simple. El hecho de creer o no en nuestras capacidades influencia nuestros resultados, independientemente del área: deportiva, económica, profesional, personal, etc. Si nos repetimos una afirmación muchas veces, acabaremos creyéndola, y al ejecutar la acción asociada a esa creencia, podremos ser capaces de modificar nuestra conducta. En otras palabras, nos reprogramamos. Las palabras creer y creencia adquieren un rol central y un interés especial en relación con nuestra capacidad para el éxito. En todo caso debemos investigar, recurrir a la introspección e identificar cuáles creencias nos están limitando y evitan que actuemos de la forma en que nos gustaría actuar. Las creencias nacen y se consolidan para producir, posteriormente, efectos negativos o positivos. Tales creencias inciden sobre nuestras decisiones. De hecho, una creencia es una convicción profundamente arraigada.

aprendiendo a creer

Debemos ser capaces de diferenciar claramente entre creencias e ideas. Una idea es la imagen mental, desprovista de acción, que subsecuentemente da origen a la creencia. La creencia, a su vez, es una convicción profundamente arraigada que influencia nuestra conducta y está presente en nuestro proceso de toma de decisiones. Las creencias nacen de las ideas, y poseen una tendencia positiva o negativa. Una idea puede transformarse en una creencia positiva que nos ayudará con nuestro crecimiento personal. Nuestros problemas inician cuando las ideas son limitadores, y se convierten en creencias limitadoras, restringiendo peligrosamente nuestras capacidades conductuales.

Continue reading

El buen vivir

El mal vivir es una deuda que cargamos por pedirle demasiado al cuerpo. ¿Qué objeto tiene sentirnos super hombres?, sentirnos héroes de novela de ciencia ficción, esforzarnos tanto por conseguir algo que al final nos dejará demasiado agotados como para poder disfrutarlo. No hay ninguna recompensa en exigirnos hasta enfermarnos. La fatiga absoluta es enemiga de la salud y de la autoestima. Hay muchos triunfadores que se sienten obsesionados por el trabajo y una dosis de autoestima y se exigen más allá de cualquier frontera razonable. Hasta en las recuperaciones estas personas se arruinan por no entender cómo aflojar el paso, vivir tranquilos y disfrutar.

Continue reading