Aprendiendo a Creer

Si creemos que somos capaces de hacer algo, lo haremos. Si creemos que no podemos hacer algo, sencillamente no lo lograremos. Así de simple. El hecho de creer o no en nuestras capacidades influencia nuestros resultados, independientemente del área: deportiva, económica, profesional, personal, etc. Si nos repetimos una afirmación muchas veces, acabaremos creyéndola, y al ejecutar la acción asociada a esa creencia, podremos ser capaces de modificar nuestra conducta. En otras palabras, nos reprogramamos. Las palabras creer y creencia adquieren un rol central y un interés especial en relación con nuestra capacidad para el éxito. En todo caso debemos investigar, recurrir a la introspección e identificar cuáles creencias nos están limitando y evitan que actuemos de la forma en que nos gustaría actuar. Las creencias nacen y se consolidan para producir, posteriormente, efectos negativos o positivos. Tales creencias inciden sobre nuestras decisiones. De hecho, una creencia es una convicción profundamente arraigada.

aprendiendo a creer

Debemos ser capaces de diferenciar claramente entre creencias e ideas. Una idea es la imagen mental, desprovista de acción, que subsecuentemente da origen a la creencia. La creencia, a su vez, es una convicción profundamente arraigada que influencia nuestra conducta y está presente en nuestro proceso de toma de decisiones. Las creencias nacen de las ideas, y poseen una tendencia positiva o negativa. Una idea puede transformarse en una creencia positiva que nos ayudará con nuestro crecimiento personal. Nuestros problemas inician cuando las ideas son limitadores, y se convierten en creencias limitadoras, restringiendo peligrosamente nuestras capacidades conductuales.

Además, las creencias están afectadas por una serie de eventos que rodean a un individuo e influencian sus ideas. Estos eventos son: cultura, trabajo, opiniones, experiencia acumulada, y el círculo de influencia cercano. Con cada uno de tales eventos una persona desarrolla sus propias ideas, que luego se reflejarán en sus creencias.

La búsqueda constante de referencias negativas y la repetición mental de frases limitantes (como “Nunca lo lograré”) nos conducen a adoptar inconscientemente conductas negativas. En este contexto, estamos dominados por las sugestiones negativas que nos repetimos a nosotros mismos incesantemente. La única forma de salir de esta espiral negativa es adquirir conciencia sobre nuestra facultad para cambiar los enfoques negativos. El cambio tiene que empezar desde este mismo momento.

Por eso es que resulta tan importante formarse ideas positivas, para permitir que se transformen en creencias positivas, automáticas, y profundamente arraigadas. De esta forma, tales creencias positivas influenciarán nuestra conducta, y nos conducirán a una vida exitosa, llena de victorias. De ahí las primeras oraciones de esta entrada: Si creemos que somos capaces de hacer algo, lo haremos. Si creemos que no podemos hacer algo, sencillamente no lo lograremos. Así de simple.

Ejercicios

  • Repetir 5 veces: “Soy una persona positiva, puedo lograr mis metas, y además…” (completar la frase)
  • Identificar una idea negativa. Piensa en cómo podrías transformarla en una idea positiva.
  • Medita sobre tus metas principales en este momento. ¿Son metas realistas?
  • ¿Temes al fracaso? Medita sobre esto: Temer al fracaso es natural. Todos fallamos alguna vez (y otra vez). El problema no es fallar, el problema es detenerse después de fallar. Los ganadores, los líderes, lo intentan una y otra vez, y por eso es que son exitosos y diferentes.

Aquí puede leerse una versión en inglés de esta entrada.

One thought on “Aprendiendo a Creer

  1. Pingback: Learning to believe | Life, Money & Development

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>